La salud dental es uno de esos temas que muchas veces dejamos de lado, sobre todo cuando pasamos de cierta edad. Durante años nos han dicho que lo mejor es mantener nuestros dientes naturales todo lo posible, que hay que salvar piezas, hacer endodoncias, empastes, fundas… Pero llega un punto en la vida en el que uno empieza a preguntarse: “¿Realmente merece la pena seguir invirtiendo tanto dinero y energía en mantener unos dientes que ya están muy tocados?” O lo que es lo mismo: ¿en qué momento es mejor dejar de arreglar dientes y optar directamente por implantes o incluso una dentadura postiza?
Lo que pasa aquí, es que ésta no es una decisión fácil: viene cargada de emociones, autoestima, economía y, sobre todo, de calidad de vida.
Cuando salvar un diente deja de ser rentable.
Durante la juventud o la madurez temprana, es lógico intentar conservar cada pieza. Un empaste aquí, una endodoncia allá… incluso una funda puede parecer una buena inversión. Pero cuando llegamos a cierta edad (pongamos a partir de los 60, aunque no haya una edad concreta) las prioridades empiezan a cambiar.
Supón que tienes un diente muy dañado, una muela rota o una caries muy profunda, y el dentista te dice que puedes hacerte una endodoncia (150-300 €), poner una funda (otros 400-600 €) y si sale mal, quizá necesites un implante (entre 900 y 1.500 €). ¿Estamos hablando de más de 1.000 € para un solo diente? ¿Y si tienes varios así? La pregunta clave es: ¿ese diente que tanto cuesta salvar realmente te va a durar? ¿Va a mejorar tu calidad de vida de forma notable o simplemente estás alargando lo inevitable?
La respuesta depende de cada persona, pero hay señales claras que nos indican que ha llegado el momento de cambiar de estrategia.
5 señales que te avisan de que no merece la pena seguir arreglándote los dientes.
- Tienes muchas piezas ya reconstruidas: si casi todos tus dientes tienen empastes, fundas, o están muy deteriorados, seguir arreglándolos es como poner parches en una rueda pinchada; al final, el mantenimiento saldrá más caro que cambiar la rueda entera.
- Los tratamientos no duran: si te has hecho endodoncias que luego se han infectado, o fundas que se han soltado, puede que tu boca ya no esté en condiciones óptimas para estos procedimientos.
- Problemas de hueso: muchas personas mayores pierden masa ósea en la mandíbula, lo cual dificulta que un diente (o incluso un implante) se mantenga firme. En esos casos, una dentadura postiza puede ser la solución más práctica.
- Problemas de encías: la periodontitis avanzada (una enfermedad de las encías que afecta al hueso y al tejido) hace que los dientes se aflojen. En vez de arreglar dientes que acabarán cayéndose, a veces lo más sensato es extraerlos y plantear una solución más estable.
- Dolor crónico: si tienes molestias constantes, dientes sensibles, infecciones repetidas o simplemente ya no puedes masticar bien, quizá sea hora de dejar de sufrir y buscar una alternativa definitiva.
El factor emocional que nos impide tomar una decisión.
Muchas personas sienten que perder sus dientes es como perder parte de sí mismas. A veces lo viven como una derrota, como si aceptar una dentadura postiza fuera “tirar la toalla”, pero no es así. Es un paso hacia una vida más cómoda, menos dolorosa y, a menudo, más económica a largo plazo.
También hay un componente estético. A nadie le gusta la idea de llevar dentadura o tener que quitarse algo para dormir, pero hoy en día eso ya no es un problema, ya que hay prótesis muy bonitas, discretas y cómodas.
¿Implantes o dentadura postiza?
Una vez hemos tomado la decisión de “renovar” nuestros dientes, surge otra cuestión muy importante: “¿Qué me pongo, implantes o dentadura postiza?” La decisión depende sobre todo de tres factores: tu salud general, tu estado óseo y tu presupuesto.
En el caso de los implantes, vemos que son tornillos de titanio que se colocan en el hueso para sostener una corona (el “diente” que se ve). Según los profesionales de Ortodoncia Gran Vía 51 son la mejor solución para aquellas personas que han perdido piezas dentales a causa del paso del tiempo o debido a un traumatismo. Son cómodos, estéticos y muy prácticos, ya que puedes comer, hablar y sonreír como si tuvieras tus dientes naturales.
Ventajas:
- Son fijos, no se mueven.
- Se sienten más naturales.
- Pueden durar muchos años (20 o más con buen cuidado).
Desventajas:
- Requieren buena salud general y ósea.
- El proceso es largo y quirúrgico.
- Son caros (de 900 a 1.500 € por diente en España, y más si se necesita injerto óseo).
¿Y que podemos decir de la dentadura postiza? Pues lo primero es aclarar, que la dentadura se compone de prótesis removibles que reemplazan varios o todos los dientes. Las hay completas (si no tienes ningún diente) o parciales (si te quedan algunos). También existen las “sobre dentaduras”, que se anclan sobre implantes para mayor estabilidad.
Ventajas:
- Más baratas.
- Su colocación es más rápida.
- Idóneas cuando el hueso está muy deteriorado.
Desventajas:
- Pueden moverse o causar incomodidad al principio.
- Requieren adaptarse y aprender a hablar/comer con ellas.
- Se desgastan con el tiempo y hay que cambiarlas cada cierto tiempo.
¿Qué opción es mejor a partir de los 60 o 70 años de edad?
Para poder responder a esta pregunta, debemos tener en cuenta una serie de factores que mencionaremos a continuación:
- Si tienes buena salud general y puedes permitirte los implantes, una solución mixta como la “sobre dentadura” sobre 2 o 4 implantes puede ser lo mejor. Te proporcionará estabilidad sin tener que recurrir a la colocación de tantos implantes individuales.
- Si tienes problemas de salud (diabetes, osteoporosis, medicación que afecta a la cicatrización…), puede que el dentista no recomiende implantes. En ese caso, una buena dentadura bien ajustada puede cambiarte la vida.
- Si tan solo has perdido unos pocos dientes, un puente fijo o un implante aislado pueden merecer la pena. Pero si la boca entera está comprometida, no tiene sentido ir diente por diente.
¿Cuándo es el mejor momento para recurrir a estas soluciones?
Mucha gente aguanta hasta el último momento, con dientes flojos, dolor, infecciones recurrentes y comida que ya no puede masticar. Pero si lo piensas fríamente, cuanto antes tomes la decisión, antes te liberas de esa incomodidad constante. Aquí es donde entra el consejo profesional.
Los expertos en salud dental nos recuerdan que cada caso debe evaluarse de forma personalizada. Aseguran que no hay edad límite para mejorar tu salud dental, pero sí hay momentos en los que ya no es rentable seguir reparando dientes con mal pronóstico. Lo importante es buscar una solución integral y no ir parcheando.
¿Con qué presupuesto debemos contar?
Una dentadura postiza completa puede costar entre 400 y 1.200 € según la calidad y el tipo. Una sobre dentadura sobre implantes puede costar entre 3.000 y 6.000 € dependiendo del número de implantes y el diseño. Suena a mucho, pero si lo comparas con ir arreglando diente por diente cada año, puede salir más rentable a medio plazo.
Además, en nuestro país algunas comunidades autónomas ofrecen ayudas para prótesis dentales a personas mayores o con pocos recursos. No siempre se publicitan bien, pero es posible solicitarlas desde los servicios sociales o con informes médicos.
¿Cómo afecta esta decisión a la autoestima de las personas?
Como hemos mencionado al principio de este artículo, la autoestima juega un papel muy importante en este tipo de situaciones. A algunas personas les preocupa parecer mayores si llevan dentadura postiza, ya que, aunque por lo general este tipo de situaciones suele afectar a personas más mayores, lo cierto es que también puede formar parte de personas más jóvenes.
Y por supuesto, a las propias personas mayores también les da malas sensaciones parecer aún más mayores llevando implantes o una dentadura postiza, pero es importante tener en cuenta que ir con los dientes rotos, las encías inflamadas o no poder comer con normalidad también envejece… y mucho. La cosa está en dar con una solución que te devuelva la sonrisa sin que te suponga una tortura diaria. Una boca sana es mucho más que una simple cuestión de estética: engloba nuestra salud de forma general y habla mucho acerca de cómo nos relacionamos con el mundo.
También cabe destacar, que las prótesis de hoy nada tienen que ver con las de hace 30 años. Son más ligeras, estéticas y naturales; de hecho, algunas incluso se hacen con impresión 3D y materiales flexibles que se adaptan muy bien.
Y si no me puedo permitir nada, ¿Qué hago?
Pues lo primero que vamos a aconsejarte, es que no te sientas mal, ya que esto es lo más normal que puede ocurrirte. Muchos tratamientos dentales se salen de presupuesto, concretamente en España, así que no te hundas y busquemos soluciones:
- Consulta en tu médico si hay programas de salud bucodental para mayores o colectivos vulnerables.
- Compara precios; a veces la diferencia entre una y otra es abismal sin que la calidad cambie tanto.
- Piensa en soluciones parciales. A lo mejor no puedes ponerte toda la boca nueva, pero sí mejorar lo básico para comer y vivir sin dolor.
Y recuerda: llegar a la conclusión de que ya no compensa seguir arreglando tus es un acto de realismo y cuidado personal. Lo importante es no seguir sufriendo ni vaciando el bolsillo para mantener dientes que ya no te aportan bienestar.