Educación nutricional y salud

Una buena alimentación equivale a una buena salud. Disponer sobre los conocimientos básicos y adecuados respecto a los alimentos y la mejor manera de consumirlos para conservar y aprovechar al máximo sus propiedades y beneficios, debería ser primordial. Por desgracia, no es así. El ser humano come por placer más que por necesidad y en esa búsqueda de placer y no alimentarse, tropieza con innumerables escollos en lo que a salud, respecta.

Esto es un hecho. Sobre todo en los tiempos modernos. Mientras que hace siglos, alimentarse era una cuestión de supervivencia, en la actualidad, se trata en muchas ocasiones de cuestiones más mundanas. De ahí que la cocina cuente con alta gastronomía y la elaboración de platos y recetas que van más allá de lo nutricional y saludable. Esto no quiere decir que este mal darse un homenaje de vez en cuando y comer aquellas prohibidas o poco saludables. Como dijo Paracelso: “Todo es veneno, nada es veneno”. La clave está en el equilibrio. También nos sirve eso tan manido de “una vez al año, no hace daño”.

Lo importante es comer con criterio y con la finalidad de alimentarnos y nutrirnos, más que de comer por el mero hecho de comer. Además es posible comer con criterio y deleitar al paladar sin dañar nuestra salud. En CenyDiet, como centro de educación nutricional y estética integral, nos han hablado, precisamente de la educación nutricional y su importancia. Algo que debería proporcionarse desde la infancia, para que aprendamos a comer los alimentos  con inteligencia. Con una buena base sobre conocimientos nutricionales, resulta mucho más sencillo alimentarse de forma adecuada, lo que conlleva un mejor estado de salud en general y la recuperación del cuerpo ante cualquier adversidad, de forma más rápida.

Teniendo en cuenta estos aspectos, no es de extrañar que en los últimos años, la educación nutricional, este cobrando mayor relevancia e importancia. Resulta un conocimiento de gran utilidad a todos los niveles, así que, si te interesa, sigue leyendo y descubrirás algunas cosas interesantes al respecto.

Alimentación y nutrición, pilar fundamental de la salud

Tanto la alimentación como la educación nutricional, constituyen pilares fundamentales de salud a nivel personal e individual, a la par que de toda la población. De ahí que la Organización Mundial de la Salud, tenga como objetivo, al mismo tiempo que lo hacen otros países, que uno de sus planes de actuación consista en educar sobre los hábitos alimentarios, como aspecto primordial para mejorar la salud en general.

Para poder hacer esto posible, lo primero que hay que tener claro es que es eso de la educación nutricional. Por lo tanto podemos decir que se trata de algo que va más allá del mero hecho de cubrir nuestras necesidades nutricionales, ya que consiste en una variedad de estrategias educativas implementadas a varios niveles. El objetivo de dichas estrategias es ayudar a las personas a lograr una mejora sostenible en el tiempo en lo que a alimentación respecta. Por lo tanto, podemos decir que la educación nutricional consiste en difundir  información de utilidad sobre los alimentos y sus nutrientes, proporcionando herramientas para mejorar la salud de las personas.

De tal manera que cuando se habla de educación nutricional, se hace alusión a la difusión de información de gran utilidad, relativa a los alimentos y sus nutrientes. No obstante, su función no se limita a este hecho, al mismo tiempo proporciona las herramientas necesarias para poder mejorar los hábitos de alimentación personales y, en consecuencia, los procesos de nutrición.

Las estrategias más utilizadas para alcanzar los objetivos propuestos, son de tipo educativo. No en vano, hablamos de educación nutricional por algo. De esta manera se pretende generar una adopción efectiva y voluntaria de los comportamientos y hábitos consecuentes y acordes con lo que implica una visión de la alimentación centrada y dirigida a la mejora de la salud. Se trata de un enfoque guiado por una premisa concreta: desarrollar las habilidades necesarias para poder tomar las mejores y más constructivas decisiones en torno a la alimentación. Al mismo tiempo se genera un ambiente propicio para promover y fomentar los beneficios a nivel alimentario.

Otro de los aspectos destacables a la hora de recibir una educación alimentaria adecuada, afecta a la economía, puesto que las prácticas alimentarias influyen en la cesta de la compra.

Los medios a través de los que se difunde la información y el material educativo, pueden implementarse en elementos impresos, como fichas, manuales, revistas, folletos, planes de capacitación, etc. Debido a la gran difusión que permiten los medios digitales, el uso de los dispositivos electrónicos como el teléfono o la tablet, resulta tan indispensable como esencial para lanzar estrategias en páginas web y redes sociales.

La educación nutricional se plantea como algo que debe trabajarse a nivel familiar o entorno. Sin embargo, existe un interés en que esto programas se traspasen a los entornos escolares. Esto se debe al hecho de que durante la etapa de crecimiento, se posee mayor facilidad para implementar la información. A la vez que cuenta con mayor relevancia la capacidad para dirigir la alimentación.

Por otro lado, se debe tener en consideración que en un entorno educativo, tanto la información como el conocimiento, circulan en una red muy fuerte, con vínculos importantes a la hora de crear la concienciación necesaria. Personal docente, estudiantes y trabajadores crean conciencia sobre este asunto al mismo tiempo, reforzando el conocimiento y el interés necesario. Además de contar con ese enfoque que pone en el punto de mira, la importancia de una buena alimentación para gozar de una buena salud.

En qué consiste la educación nutricional

Educación nutricional no es sinónimo de mayor conocimiento en nutrición. Más bien se trata de algo que va ligado a mejorar los hábitos alimentarios de forma interna y sostenible en el tiempo. Es decir que no desaparezca a la primera de cambio. Una cosa es darse un capricho de vez en cuando y otra, convertir el capricho en la rutina.

Mediante la educación nutricional, se pretende adquirir una dinámica que no solo se centre en el conocimiento. Estos conocimientos deben ser llevados a la práctica, mediante el desarrollo de las habilidades necesarias. En el diseño de las dinámicas, deben participar profesionales capacitados que, proporcionen un carácter interdisciplinario a la educación. Por lo que se trata de un trabajo colaborativo entre médicos, nutricionistas, psicopedagogos, comunicadores sociales, etc.

La base de la estrategia debe partir de los alimentos y hábitos que requieren ser reforzados a partir de un aliado: la motivación constaten. Cualquier plan de educación nutricional, debe cumplir con unos estándares y requisitos propios, acordes a la sociedad, cultura, hábitos y otros aspectos de la población objetivo. Lo que implica que cada sociedad y cultura, requiere una educación nutricional particular.

Para que los proyectos de este calibre funcionen y se mantengan, requieren el apoyo de la comunidad, barrio o escuela en donde se vaya a realizar la formación. El éxito depende en gran medida del entorno social en el que se desarrolle. Por lo que para que los resultados tengan el efecto deseado, debe realizarse un programa de larga duración, con resultados a largo plazo y no de forma inmediata.

La promoción de que exista una continuidad, junto a la reiteración y el sostenimiento necesarios para que se mantengan los hábitos a largo plazo, es otra de las características indispensables con las que debe contar un plan de educación nutricional. A la vez que se realizan actividades de mediación y diagnóstico de forma periódica, con la finalidad de mejorar el proyecto de educación nutricional.

Podemos decir, por lo tanto que, los objetivos de la educación nutricional se ven influenciados por diversos factores a tener en cuenta. A nivel personal e individual, influyen las preferencias alimentarias y el placer por la comida; las creencias, actitudes, valores y percepciones; los conocimientos y habilidades; el empoderamiento. En lo que respecta al nivel familiar, los factores influyentes, son las prácticas culturales, el apoyo social y las redes de apoyo. En tanto que a nivel de población general y el entorno, las reglas y estructuras informales, los servicios de atención y cuidado infantil, los centros de trabajo y escuelas; el vecindario los comercios de alimentación y restaurantes; las organizaciones comunitarias; la información disponible.

A nivel nacional, existen igualmente una serie de factores que influyen directamente en las cuestiones relativas a la educación nutricional. Entre ellos, podemos citar los sistemas de salud, los programas de atención alimentaria, la industria de los alimentos, las normas culturales o los medios de comunicación.

No obstante, en primera instancia, la educación nutricional es algo a nivel individual. Se trata de una de las herramientas principales y fundamentales para la pérdida y el mantenimiento del peso corporal y, por su puesto, gozar de una buena salud. Mediante una buena educación nutricional, se obtienen las herramientas necesarias para que cada persona, pueda por si misma, realizar sus propios cambios y pautas de alimentación. Al mismo tiempo  que permite disponer de una formación adecuada en nutrición y ser capaces de mantener los objetivos a largo plazo.

En resumen, la educación nutricional, pretende conseguir que las personas cambien sus hábitos alimentarios, haga la elección de los alimentos más saludables y mantenga estos cambios a largo plazo con todo lo bueno que conlleva.

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