Viajar es algo que a todo el mundo gusta. Cada quien tiene sus preferencias en lo que a destinos y viajes respecta. Sin embargo, una de las opciones que mayor relevancia está cobrando, es el enoturismo. Una manera de viajar por el mundo, a través del mundo. En el mejor de los casos, se pueden realizar viajes a lugares remotos, por el mero placer de conocer sus viñedos y probar sus caldos in situ. Conocer todos los secretos de una bodega y aprender todo sobre cada vino en particular, es el mejor regalo que se le puede hacer a un amante del vino.
Por otro lado, existe la posibilidad de catar todo tipo de vinos de otros países, sin la necesidad de ir hasta allí. Con las catas que ofrecen los diferentes templos del vino, o vinotecas, se pueden probar numerosas variedades, procedentes de los rincones más remotos. Lo esencial es empaparse de la cultura del vino, sea cual sea su procedencia, siempre que se haga en el lugar adecuado y de la mano de quienes conocen el mundo vinícola.
No es de extrañar, teniendo en cuenta estos factores, que el enoturismo se haya convertido en una de las opciones más populares. Con este tipo de actividades y viajes programados, cualquier profano interesado en la materia, puede viajar por el mundo, con tan solo una copa de vino. No nos referimos a los efectos que el alcohol puede hacer cuando la ingesta supera lo acostumbrado, sino a todo aquello que rodea a la cata. Explicaciones, anécdotas, historia… una cata de vinos, siempre invita a adentrarse en las profundidades de cada región que los elabora. Tanto si es in situ como si estas en un lugar diferente, la experiencia, bien vale la pena. Por eso, proponemos algunos lugares donde el vino es ley y, su esencia impregna todo.
Una razón para viajar
El vino se ha convertido hace tiempo en una razón para viajar. Visitar los mejores destinos donde se elabora el vino, permite comprender las complejidades que surgen de la copa que se bebe. Al beber, se explora el terruño que da origen a la uva de la que sale el vino, así como el alma de cada botella. Pasear por una región vitivinícola es, como bien saben en Vinissimo con su plena dedicación a la comercialización de vino, durante tres generaciones, permite descubrir viñas y degustar los mejores caldos.
Los vinos del viejo mundo, tienen como referente la Toscana o Burdeos, cuyos vinos no dejan a nadie indiferente. Pero si nos vamos al nuevo mundo, podemos sorprendernos con los vinos que ofrecen el Valle de Napa y el Valle de Colchagua, por citar algunos referentes. Sin olvidarnos de nuestra madre patria, España, con sus vinos de la Ribera del Duero, La Rioja o Albariño que, nada tienen que envidiar al resto.
Siendo tal la amplitud del mundo del vino, no podemos abarcar en un solo artículo todos los puntos de interés a los que conviene viajar si te gusta el enoturismo. Por lo que citaremos los que puedan resultar más interesantes. Empezando por el viejo mundo, donde la cultura del vino, cuenta con milenios de antigüedad, paramos en Italia, donde cuentan con más de trescientas cincuenta variedades autóctonas reconocidas. Este país, se considera el mayor productor de vino del mundo, proporcionando unos cincuenta millones de hectolitros de vino al año.
Italia ofrece el vino ideal para cada ocasión, debido a la gran diversidad de uva que cultiva. De hecho, son veinte las regiones italianas que producen un vino que es el fiel reflejo de sus propias características individuales. Sin duda, la región más famosa en este sentido, no es otra que Toscana. Sus colinas onduladas, copadas de vides componen la estampa perfecta. Aun así, en los últimos tiempos, el considerado como mejor vino de Italia es el Barolo, elaborado en Piamonte. En cualquier caso, otras regiones como Véneto, Sicilia y Cerdeña, ganan terreno en lo que a mejores vinos respecta.
Pasamos a Francia aunque poco se puede decir de uno de los mejores países productores de vino. Bueno poco no, podríamos pasar una vida hablando de los vinos de Francia. Su producción se remonta al siglo VI antes de Cristo, cuando los colonos griegos empezaron a cosechar las variedades que hoy encontramos en la región. Francia cuenta con muchas de las mejores variedades de uva originarias de allí, como la Cabernet Sauvignon, Chardonnay o Pinot Noir. Estas uvas se cultivan hoy en todo el mundo, pero en Francia, existen reglas de cultivo al respecto.
No podemos dejar Francia sin mencionar sus vinos más potentes: Champagne, Burdeos, Borgoña o Alsacia, por sus vinos blancos.
Llegamos a España, como no podía ser de otra manera. Nuestras tierras cuentan con ciento treinta y ocho regiones vitivinícolas identificables bajo alguna clasificación geográfica, es decir DOP y sesenta y ocho con DO. Las más grandes son Castilla y León, Cataluña y La Rioja. Las uvas más potentes de nuestra tierra son la Tempranillo y la Garnacha que producen vinos de La Rioja, La Ribera del Duero o Priorat. El cava se elabora con uvas Xarel-lo, Macabeo y Parellada, a veces mezcladas con Chardonnay.
Monastrell en el sur de España, Mencía en Galicia o Txacoli y Verdejo, son otras de las variedades más utilizadas, cuyos vinos, no dejan a nadie indiferente.
Alemania y Portugal, cuentan con sus propios vinos reconocidos a nivel mundial. Riesling y Oporto, son un claro ejemplo de ello.
Al otro lado del charco
Nos gustaría seguir viajando por Europa, pero toca pegar un salto. Nos colamos en Chile, donde la increíble diversidad de climas y terrenos, permite producir unos vinos de excelente calidad. Frescos blandos del Valle de Casablanca, tintos de los Valles de Aconcagua y Colchagua… Los entendidos aseguran que es difícil equivocarse con los vinos chilenos.
En la región del Valle de Colchagua es la más reconocida a nivel mundial, el corazón vitivinícola de Chile, donde se encuentra el mejor Carménére. Las bodegas subterráneas de Montes, son todo un espectáculo visual, donde el vino, envejece en sus barriles, al son del canto gregoriano.
Argentina no solo es la cuna de algunos futbolistas importantes en la historia. Cuenta con una de las exportaciones principales: el vino. Mundialmente famosa por sus Malbecs de Mendoza, variedad de uva francesa que prosperó en el clima seco de los Andes, para convertirse en la uva más representativa de la industria vitivinícola Argentina. En cuanto a vinos blancos y dulces, el Torrontés, típico de la zona noroeste, hace las delicias de los amantes de este tipo de vino, siendo su uva, la única autóctona.
Subimos hacia el norte, Estados Unidos, es uno de los países vitivinícolas más recientes, si tenemos en cuenta la antigüedad del vino en sus orígenes. El hogar de un gran número de regiones excelentes y galardonadas, debe su excelencia a la diversidad de climas y composición del suelo entre costa y costa. Las uvas son uno de los cultivos más valorados en Estados Unidos, ocupando en la actualidad el cuarto lugar del mundo, en lo que a producción de vino respecta.
Si hablamos de tintos, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir, Merlot, Zinfadel, Cabernet Franc y Syrah. Los blancos se elaboran con Chardonnay, Riesling y Pinot Gris.
Existen numerosos viñedos pequeños en varios estados, pero ninguno comparable a los que mueven la producción, como California, Washington, Oregón y Nueva York.
No podemos hablar de vino estadounidense sin mencionar el Valle de Napa y la región de Sonoma, ambos en California. En estas regiones, se producen algunos de los mejores Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc a nivel mundial Solo California acapara el ochenta por cien de la producción de vino, por lo que no es de extrañar que sea uno de los mejores destinos para realizar enoturismo.
Para concluir nuestro periplo vitivinícola, pegamos un salto y llegamos a algo más exótico: los vinos sudafricanos y neozelandeses. En Sudáfrica, existen muchas regiones vinícolas, siendo las más conocidas Stellenbosch, Franschhoek, Paarl y Constancita. Todas ellas, dominadas por las montañas Drakestein y Simonsberg, edificios blancos de estilo Cabo Holanres y carreteras bordeadas de púrpura. Sin duda, un lugar para visitar y deleitarse con el entorno, disfrutando de una copa de vino.
Todas estas regiones se encuentran ubicadas en la Península del Cano, por lo que son ideales para una excursión de un día.
Nueva Zelanda, por su parte, se convierte poco a poco en uno de los claros competidores dentro el mundo vitivinícola. En la actualidad cuenta con galardones al mejor Sauvignon Blanc del mundo, por parte de un productor local. Sus cepas más valoradas son la Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Pinot Noir y Syrah. La región más valorada para los expertos en vino es Malborough, aunque cada vez existen más referentes con sus viñedos de primera categoría en el extremo noreste de la Isla Sur.
Como decíamos, resulta imposible abarcar en un artículo todo lo que rodea al mundo del vino. Hemos reseñado a grandes rasgos, los lugares más emblemáticos para hacer enoturismo y viajar por el mundo, a través del vino. No obstante, existen muchas sorpresas en este sentido, solo hay que buscar y prestar atención. Existen destinos vitivinícolas de lo más exótico.